Crowdfunding Social, Aspectos para la Reflexión
En un contexto social como el actual, surgen ideas que precisan de un espacio para su puesta de largo y presentación. La manifiesta reducción de ayudas y prestaciones sociales ha colocado a muchas organizaciones no gubernamentales en una tesitura muy complicada y difícil, lo que ha comportado también un notable abandono de la acción social a consecuencia de la falta de apoyo económico a las iniciativas del llamado tercer sector.
Si la gran mayoría de administraciones públicas recortan en ayudas y subvenciones, las organizaciones que sobreviven tienen que prescindir de importantes proyectos que cubrían buena parte de la demanda de numerosos colectivos en situación de riesgo y exclusión. ¿Cómo vamos a atender la necesidad de recursos a todos esos programas que palian situaciones como la pobreza, la destrucción de medio ambiente, la lucha por los derechos humanos y la dignidad de las personas?.
Es en este momento cuando las ONGs deben atender a criterios eficaces e imaginativos a la hora de la dotación y provisión de recursos. Han de liderar cambios estructurales en sus políticas de gestión que sirvan también de modelo para la dirección de muchas empresas del tercer sector y de todas aquellas administraciones con sensibilidad y permeabilidad social ante el contexto de crisis estructural en que nos hayamos inmersos. Urge pues un fortalecimiento del todos los colectivos y asociaciones hacia sistemas más eficientes y sostenibles que promuevan la autofinanciación desde criterios distintos a los habituales.
Desde siempre, las ONG’s han demostrado una envidiable capacidad para captar fondos y movilizar todos aquellos recursos económicos necesarios para garantizar la puesta en marcha y continuidad de sus programas y proyectos, pero no todas han sabido ajustar sus objetivos y el peso organizacional y burocrático ante una brutal disminución y caída de ingresos. Ante este hecho objetivo se impone la búsqueda de soluciones creativas, avanzadas e imaginativas. Es aquí donde me permito presentar el llamado Crowdfunding Social, uno de los afortunados encuentros entre la tecnología digital del siglo XXI y la actual participación social en internet y en las múltiples plataformas y redes sociales que conforman el universo de la Red.
El Crowdfunding permite, tanto a usuarios individuales como a organizaciones, promover proyectos, acciones y actividades específicas para que sean financiados mediante pequeñas contribuciones por parte de una masa distribuida de financiadores. Tanto la petición de fondos como las aportaciones se realizan a través de plataformas on-line que facilitan el encuentro entre los promotores de los proyectos y sus potenciales aportadores.
Algunas de estas plataformas las puedes encontrar en este enlace, bajo el título «Proyectos Sociales».
A estas alturas ya nos debe quedar meridianamente claro que el Crowdfunding es una tercera vía a los modelos tradicionales de financiación, con la salvedad de que no solo se financian actuaciones del tercer sector, asociaciones no gubernamentales, etc. También, y en una parte muy importante, todo proyecto lucrativo si obedece a unos criterios más o menos sostenibles y de emprendimiento social e innovador, tiene cabida en este espacio.
Igualmente, no todas las fórmulas de petición y gestión del dinero recaudado son las mismas. Es necesario hacer algunas distinciones para que las plataformas escojan lo que mejor se adapte a sus necesidades e intereses. Tenemos que decir que la fórmula del Crowdfunding no es nueva para las organizaciones no gubernamentales, ya que obtener pequeñas aportaciones de particulares y mecenas ya es algo que se viene realizando desde hace bastante tiempo, sin embargo el punto diferenciador resulta de hacerlo utilizando Internet y en el marco de una nueva sociedad que se vincula y relaciona por este medio.
En la línea de lo anterior, se impone como algo fundamental para garantizar su supervivencia que las Asociaciones conozcan y asuman las nuevas relaciones sociales en Internet, puesto que su sostenibilidad estará en buena parte determinada por el tamaño y compromiso de su base social, sin embargo, el acercamiento de las ONGs a las redes sociales y los espacios on-line donde están los potenciales donantes y mecenas, no significa un cambio en los tradicionales caladeros de búsqueda de recursos, de deber ver e ir más allá y contemplar el Crowdfunding como una nueva vía no solo de financiación, sino también como una plataforma perfectamente válida de participación en los proyectos, en lo que es una nueva versión democrática y plenamente participativa del compromiso social y de la solidaridad de las personas con los colectivos más desfavorecidos y precarizados. Bajo estos criterios y estas premisas, fundamentamos y le damos sentido a nuestro trabajo.
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