Los amantes del lobo ibérico apuestan por el crowdfunding
Lobomarley.org es una asociación orientada a la preservación del lobo ibérico, endémico de nuestra península. Presidida por Luis Miguel Dominguez, quien ya ha apostado por el crowdfunding como vía de financiación para alcanzar sus objetivos a corto y largo plazo.
No se consideran una ONG, no tienen subvenciones ni las buscan. Defienden que la fuerza del lobo reside en la manada, en ser un animal social, y buscan actuar según esta premisa. El reto en sí gana magia añadida al sostenerse sobre las personas, su éxito depende de la comunidad y es esta quien tiene la última palabra.
Por medio de la plataforma de crowdfunding Goteo.org, han lanzado un proyecto que ofrece recompensas a cambio de aportaciones económicas y que, inicialmente, tiene un objetivo muy concreto a corto plazo. Recaudar dinero para participar en la subasta de unos cuantos ejemplares destinados a su posterior caza, con el fin de evitarla.
Pero esto es solo un pequeño paso hacia un salto mucho mayor, Lobo Marley persigue unas metas ambiciosas y significativas que finalicen con la protección total del lobo, tanto a nivel nacional como europeo.
Atacando desde diferentes puntos, Lobo Marley aspira a convertirse en el primer santuario de lobos de España. Apuesta por una coexistencia pacífica entre el lobo ibérico y los ganaderos. Demanda la mala gestión que se ha hecho desde el sector público en lo referente a este animal, y sostiene que durante décadas ha sido desprestigiado por las administraciones. Además, denuncia la total ausencia de una legislación para la conservación de la especie, y lo que es peor, su caza diaria e intencionada.
La organización lucha día a día por cambiar la percepción que se ha tenido en nuestro país de este ejemplar, y propone que el sector ganadero revise el problema real de su colectivo. Quiere sustituir ese prejuicio existente, de lastre social, exaltando las ventajas que su conservación podría tener incluso en el sector económico. Busca abolir esta estigmatización injustificada, ya que perciben al lobo como un valor añadido en el mundo rural.
La colonización de esta especie, en territorios donde ha estado ausente durante años, cumpliría un rol ecológico de control. Pues la caza de ciertos herbívoros, que el estado tiene que costear para la preservación de la vegetación y de la caza menor, se daría de forma natural. Por tanto podemos encontrar en el lobo un aliado en la gestión forestal. Además, la belleza y la astucia de este animal podría convertirlo en un fuerte reclamo turístico si el estado supiera promocionarlo.
De esta forma, Lobo Marley quiere dar a conocer en Bruselas el modo de actuación que el gobierno español ha seguido hasta el momento, muy alejado de las bases de un desarrollo rural sostenible, que deberían sustentarse en la conservación de la biodiversidad.
La respuesta de la comunidad ha sido todo un éxito. Cientos de cofinanciadores se han sumado a la causa en un periodo de tiempo muy corto. El máximo establecido para pujar por los animales fue alcanzado, superado y triplicado en cuestión de días. Este hecho ha supuesto una inyección de motivación para el proyecto que continuará movilizando a las personas y acercándose a su meta.
Esto, además de ser una demostración de la solidaridad humana, ya que se trata de un tema con gran carga emotiva, es el resultado de una buena campaña. Las recompensas ofrecidas por una aportación de treinta euros o más, incluyen la posibilidad de hacerte socio de la fundación, lo que seguramente ha animado a muchos mecenas. Además ofrecen camisetas y fotos impresas con el logotipo de la causa.
Por otra parte también ha influido la política de retorno colectivo que sostiene la plataforma Goteo.org, ya que nos permite acceder a archivos digitales para seguir de cerca el proceso y disfrutar de ciertas ventajas como mecenas del proyecto.
Nos encontramos ante otro ejemplo de cómo una comunidad de personas, en este caso interesadas en la protección de los animales, han logrado su objetivo utilizando como herramienta de unión el crowdfunding.
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