The social coin: la moneda social
El 16 de mayo concluía en la plataforma Goteo la financiación de un proyecto innovador y solidario: The social coin, la moneda colectiva que simboliza el compromiso, la entrega, la confianza y la empatía, donde el intercambio de favores quedará escrito en su web oficial.
El principal objetivo de este producto es generar una serie de acciones desinteresadas en la sociedad. Todo empieza por una persona que va a realizar un favor a otro individuo. Justo en el momento en que lo haga le va a entregar una moneda y, de este modo, ese sujeto tiene el deber moral de continuar la cadena de acciones desinteresadas.
La moneda simboliza una sucesión de favores desinteresados, no se puede comprar, ni vender. Simplemente se acuña, se pasa y se planta al final de su vida, mejorando la vida de todos.
La idea nace de un grupo de jóvenes, mayoritariamente universitarios, que pretenden fomentar este tipo de labores desvinculadas de cualquier tipo de interés. La meta es que el único provecho sea el sentirse mejor con uno mismo después de realizar una buena acción. Iván Caballero, Anna Closas, Edgar Pons, Koldo Goikoexea, Eloi Bellart, Laura Oliver, Mar de la Llave, Iván Pajares y Sergi Marzábal son los responsables de esta iniciativa.
Un compromiso social hecho realidad con ayuda del crowdfunding
El proyecto fue lanzado bajo el modelo de financiación colectiva, mayormente conocido como crowdfunding. Gracias a la plataforma Goteo, este grupo de personas consiguieron la cantidad requerida para llevarlo a cabo. Con la cifra estimada pretenden sufragar los moldes para la fabricación de las monedas, en principio.
Este jueves día 20 de junio se celebrará un evento de presentación e inicio de circulación de este nuevo efectivo en Elisava (Ramblas de Barcelona), a las 19:00 horas.
Este equipo formado por nueve emprendedores sociales distribuirá los beneficios de la siguiente manera: un 20% irá destinado a educación social -bajo un programa denominado ‘Aula desinteresada’ en el que varias escuelas participan para promover esta acción- y un 80% a acuñar la moneda social. De este modo, se persigue la fabricación de la mayor cantidad posible de este producto, así todos tendrán la oportunidad de colaborar en la cadena de favores.
El beneficio universal
Está comprobado que al hacer algo que nos satisface repetidamente, se convierte en un hábito. Por lo que, al realizar una acción desinteresada la persona que la lleva a cabo no sólo mejora su estado de ánimo, también contribuye a enriquecer la vida de otras. Para Anna Closas, coordinadora general del proyecto, “el simple acto de dar es algo muy positivo para las personas. Si conseguimos que todo el mundo dé, podremos crear una sociedad superior”.
De la misma manera, Iván Caballero, responsable de la gestión de la idea, indica que “la acción desinteresada es el antídoto a toda la necesidad existente de consumir y de comprar. Con esta moneda, procuramos que miles de personas puedan llevar a cabo estos actos y se sientan más felices”. “Por consiguiente, el beneficio es para la sociedad”, añade. Este proyecto trata de corregir el consumismo que impera, cada vez más, en la sociedad. Ese es su verdadero impacto social.
Materialización de un producto para el bienestar social
La moneda está compuesta de un material plástico programable. Esto significa que los autores de la idea deciden el tiempo que dure la utilidad de este producto. Por lo que, una vez acabe su rendimiento acabará descomponiéndose. Además, es biodegradable y se busca que, una vez se haya cumplido su uso, se plante.
Con los nutrientes de la tierra y gracias a la semilla que contiene dentro, crecerá un rosal, una planta universalmente aceptada y que simboliza el amor y el respeto. El plazo asumible de cada moneda es de tres meses. Con ello, podría llegarse a cualquier persona del mundo y se ayudaría a unas diez personas, como mínimo, en ese tiempo estimado.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir